Outfits corporativos que le escapan a las prendas negras:

la misión posible como asesoras de imagen.



Tema del día: el negro. Hay quienes dicen que combina con todo, que siempre queda bien, que es universal y más virtudes sobre su versatilidad.  

Yo vengo a desmitificarlo un poco. Ni tanto ni tan poco.

Si tenés clientas que trabajan en ámbitos corporativos o muy formales, seguro lo han adoptado como un recurso fácil y salvador. El famoso comodín.

Y que, lejos de beneficiarlas, las lleve a desaprovechar la oportunidad de mostrar a través de su imagen parte de su personalidad y de crear un mensaje potente.

Los conjuntos íntegramente en este tono pueden dar una idea de aburrimiento; y cuando están armados con un pantalón o una falda oscuros y un blazer, camisa o saquito de color, la sensación es de un look poco pensado

¿Qué hacer si nos contratan para organizar un guardarropa ejecutivo y nos encontramos con una abundancia de “luto”?



En primer lugar, recalcular que tal vez en algún momento nosotras también hayamos caído en sus garras magníficas y malditas -porque a veces cuesta escaparles-  y entender que es una trampa fácil, sobre todo para quienes no tienen mucho tiempo de pensar qué ponerse.

Luego, generar empatía con nuestra clienta y desde ahí, encarar los cambios. ¡Nadie contrata un asesoramiento de imagen para ser señalada o criticada sin piedad!

Con ese chip en nuestra cabeza y con más confianza entre ambas, nuestra tarea será encontrarle un reemplazo que a ella le guste y entusiasme.

La pregunta sería: cuál es el color más oscuro y con capacidad para varias combinaciones que tiene en su paleta. ¿El beige, el gris topo, el gris perla, el habano, el azul noche, el azul medio, un verde seco, el visón?

No importa si no estás trabajando su colorimetría personal. Nuestro ojo de asesoras de imagen tiene que estar entrenado para detectar la o las opciones neutras acordes a sus colores personales.

Una vez presentado este color es bueno generarle combinaciones novedosas, que sean justas para la vida que lleva. Obviemos situaciones hipotéticas. Las clientas buscan y necesitan practicidad y realismo.

A partir de ese “nuevo negro”, les daremos sus tonos de acento, de monocromía o contrastante.

La prioridad serán los conjuntos armados con lo que ella ya tiene, le quede bien y que le den una vuelta a sus outfits habituales.

Y, si el guardarropa, está saturado de este tono, tendremos que sugerirle reemplazos para algunas prendas básicas. O que a medida que tenga que hacer recompras, piense en su nuevo caballito de batalla.

Para desmitificar que “el negro va con todo”, podemos ir un poco más allá y señalar dúos con más o menos armonía.

Armarle una carpeta con outfits posibles (manejar de taquito algún programa de edición de fotos es clave para esto) la ayudará a visualizar estas sugerencias.

El punto será que su guardarropa vuelva a funcionar como un engranaje y que cada prenda tenga sentido.

Para mis alumnas y clientas este último consejo lo sentirán repetido: como asesoras de imagen debemos educar sobre las características, tips y hábitos que queremos que nuestros clientes incorporen y nuestros métodos tienen que enfocarse en eso.



¿Te sirvió este post? ¿Lo podrás poner en práctica con tu próximo cliente?



Si es un ¡Sí! dejame un comentario!

Si tenés dudas escribime a info@florenciaducos.com



¡Nos vemos!



Con amor,

Flor



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