– Tu imagen virtual suma... ¡mucho!: las claves para implementar en videollamadas y clases virtuales

A esta altura de la cuarentena, el aislamiento social... y demás términos que vienen dominando este loco y convulsionado 2020; las clases, consultas, reuniones y asesoramientos virtuales tienen presencia estelar en cada  rutina.

Hay quienes apostamos desde hace tiempo por esta modalidad y cada año vamos perfeccionando, con nuevas plataformas y más expertise.

Otras emprendedoras habían comenzado a incorporar este tipo de opciones tímidamente y hoy pusieron a todo vapor su enfoque digital o repensaron sus propuestas a partir de este rumbo inevitable.

Mi sugerencia -absoluta y sin importar el estadio en que cada una se encuentre- es descartar la improvisación, ese “más o menos” que resta profesionalismo. En cambio, estar a la altura de las circunstancias.

Esto supone renovar y adaptar cada uno de nuestros servicios a esta sensación particular que brinda el contacto a través de una cámara.

 

Entonces, ¿alcanza con bajar el zoom a la compu, direccionar la cámara hacia el lado más presentable de la casa y suspirar para que nuestro auditorio o interlocutor no abandone la sesión?

- Mmmmm.

- ¿Será una tendencia pasajera?... Hasta que las restricciones para circular y juntarnos queden en un recuerdo.

Y me arriesgo a decir que después de esta gran prueba todos valoraremos muchísimo nuestro tiempo disponible, como un don muy preciado. Por lo cual, sugerir formatos que resulten seductores y prácticos conforman el ABC esencial para seguir en el ruedo.

¿Qué tener en cuenta?

La cuestión de darle el giro virtual a nuestras clases, consultas o asesoramientos comprende desde la elección del espacio que tendremos como fondo, nuestro look, el timming del encuentro, la organización del material que entregaremos hasta los gestos y la postura.

Algunos ejemplos

- El blazer híper clásico que quedaría justo para un encuentro muy protocolar generará un ruido indisimulable en una consulta virtual en plena cuarentena.

El mix esperado para estas ocasiones estará entre lo hogareño y lo profesional. Una buena camisa con cuello algo rígido, hombros destacados (frunces o unas sutiles hombreras que nos de un marco más profesional) puede ser una buena elección.

Una guía para definir qué ponerse estará en quién nos espera del otro lado.

–     Si los filtros realzan las stories o vivos de Instagram, en un Zoom -aunque estén diseñados para esta plataforma- pueden inferir una idea de distancia, poco profesionalismo y nada de naturalidad.

–      Otro punto que suele generar dudas: ¡los movimientos con las manos! ¿Quién dice que deberían minimizarse? A través de estos ademanes enfatizamos y acompañamos las palabras. Como dice Alan Crawley de @sin.verba , este tipo de encuentros requiere de una demostración de más energía por parte del anfitrión.

Hay más. ¡Muchísimo más! Por eso, estate atenta al lanzamiento del curso sobre imagen digital, que daré junto a Alan Crawley (por supuesto, será a través de la pantalla).

 

Con amor, Flor

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