¿Querés empezar a trabajar como asesora de imagen? Es tiempo de llevar tus metas a la acción
Con tu certificación en imagen y marketing personal y tu poder como activadora de autoestima, mi consejo es que te animes a trabajar como asesora de imagen.
“¿Ahora?” Claro.
“¿Sin esperar mejores condiciones?” Desde ya (en este punto, dejame decirte que es muy difícil cronometrar ese momento supuestamente ideal).
“¿Con los conocimientos que tengo?” Por supuesto.
Pero, ¡a no desesperar! Mi amor carnero se intensifica cuando se trata de brindar herramientas que las ayude a concretar sus sueños y a largarse en este camino.
Porque yo también estuve en ese lugar; y porque mi rol como mentora y formadora de asesoras de imagen me regala la posibilidad de estar al tanto de las trabas internas típicas de esta etapa.
Entonces, ¡Avancemos juntas!
El punto de partida es despejar los miedos que llevan a activar el freno de mano sin una real necesidad de stop a la vista.
Uno de esos temores -y tal vez el más difícil de desentrañar- es a situarnos en el lugar de expertas, a mostrar cuánto sabemos, ¡que somos mucho más que suficientes!
No hay demasiado misterio acá: se trata del llamado síndrome del impostor y creéme que es más habitual de lo pensado. Hay relevamientos que dicen que es una situación que a muchas personalidades exitosas le cuesta manejar.
La sensación es la de no estar nunca a la altura, no ser verdaderamente competentes. En definitiva, ser un bluf -un blef-, como se decía hace un tiempo.
Reflexionar y reconocer nuestros mecanismos de autoexigencia y algunos mandatos nos llevará a deshacernos de esta traba.
Tampoco está de más tener presente que, en esto, “la práctica hace a la práctica”. Hacer y hacer te permitirá afianzarte, ganar confianza y soltura.
¿Y si mi negocio no fluye? Todo nuevo emprendimiento o inicio en una profesión tiene algo de audacia. Y, a veces, hay riesgos que correr.
Aunque esto no tiene que significar un salto al vacío. Ni alejarnos de la realidad.
Uno de los consejos que dan los gurúes para emprendedores es mantener la actividad anterior hasta alcanzar una relativa estabilidad.
Siento más que acertada esta sugerencia. La razón principal que me lleva a la adhesión ciento por ciento es que los tiempos ajustados impulsan a adoptar un modo eficaz muy beneficioso.
Además, contar con un flujo de dinero para sostener los gastos necesarios se traduce en más tranquilidad.
Si la duda es por los horarios disponibles, este es un punto resuelto. Muchas potenciales destinatarios de los servicios de asesoramiento de imagen tienen tiempo libre a partir de las siete de la tarde o los fines de semana.
La preocupación por generar una agenda abundante de clientas y clientes también surge y es absolutamente racional. Quiero decirte que los sí para tus propuestas llegarán cuando analices en profundidad a quién te dirigís y qué solución tenés para ofrecerles.
En la certificación, las mentorías individuales y en los mastermind grupales, lo trabajamos como propuesta única de valor.
Definir tu enfoque único puede llevar mucha reflexión. También, idas y vueltas y alguna caída. ¡Amigate con esos tropiezos y volantazos!: los errores dejan buenas enseñanzas. Ahí está la clave para despegar.
Otro tip que podés implementar con tus recursos al alcance: si no tenés experiencia y necesitás mostrar lo que hacés, generá acciones con amigas. Podrás tantear el interés y tendrás fotos para mostrar en tu Instagram y página web.
Luego, comenzá a ofrecer tus servicios a personas cercanas a quien pueda interesarles. El primer paso ya te desatornillará del sillón.
Te invito a trazar juntas tu rumbo como asesora de imagen
En mi menús de servicios, encontrarás propuestas para armar tu negocio o redefinir tus metas.
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Con amor, Flor