¿Necesitás ponerle magia a tu negocio de asesoramiento de imagen?

Sé que hablar hoy (más allá de la cuarentena) del negocio para asesoras de imagen es pensar en nuevas reglas y modalidades, más transformaciones y también incertidumbre (¡SÍ!, me refiero a todos los cambios que visibilizó esta pandemia).

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Pero en este texto no quiero que nos quedemos en esa postura. Quiero invitarte, siempre con mis dosis de amor carnero, a ir más allá y que lo desconocido no te lleve a quedarte apoltronada en el sillón (y mucho, pero mucho menos, en la queja).

Porque, tal vez, eso que sentís que le está faltando a tus servicios o a tu emprendimiento trasciende esta situación tan particular que estamos viviendo.

Puede ser que sea una necesidad que ya venías trabajando o intuyendo y que estos meses te ayudaron a clarificar y definir. O que el contexto te haya impulsado a dar la vuelta que estabas buscando para tu día a día.

Mi proposición, en cualquiera de los casos, es llevarte a repensar tu recorrido y proyectar tus próximos pasos.

Para eso, comparto con vos tres puntos que me ayudaron en mi búsqueda emprendedora y que luego se transformaron en pilares de las mentorías personalizadas para asesoras de imagen de mi programa “Magia en acción”.  

¡Acá van!

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- Salir del modo esfuerzo

Gran parte de la cultura occidental reivindica con mucho énfasis el valor que tienen las cuestiones que resultan difícil de lograr y alcanzar.

¡Claro, cómo no vamos a apreciar lo que tanto nos costó! Pero, al mismo tiempo, detectar y prestarle mucha atención a las habilidades innatas -a eso que nos sale de taquito y que a veces ni registramos como valor agregado-, a los gustos y hobbies serán buenos disparadores para diferenciarte, que tus servicios ya no sigan un patrón estándar y despersonalizado y que tu marca personal se luzca al mil por ciento. 

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–     Darse el tiempo para el autoconocimiento

El registro realista sobre una misma -con los más y menos innegables- es una característica que define a las personas líderes. Llegar a esta profundidad lleva tiempo. Pero nos acercará a marcar nuestras metas, propósitos, deseos, ciclos de energía, los puntos débiles y tanto más. Te aseguro que desde esa perspectiva, te resultará más simple pensar qué hacer, dar con el cómo y encontrar siempre el cuándo -aunque sean ratos del fin de semana o después de la jornada de tu ocupación full-time.

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–     Amigarse con el miedo

Este camino emprendedor presentará tramos y desafíos más cuesta arriba que otros, que despierten alarmas de cuidado o nos impulsen a activar inconscientemente el freno de mano.

Sobre esto no hay con qué darle. Pero, ¿si en lugar de resistirte a esas sensaciones, las identificás y les das el espacio que verdaderamente -ni más ni menos- merecen?

Elizabeth Gilbert -una de mis autoras favoritas, famosa por el libro y la película “Comer, Rezar y Amar” y también creadora de otros títulos fantásticos- propone escribirle una carta a esos miedos, invitándolos a seguir en nuestro trayecto, pero sin que conduzcan el viaje.

Esa puede ser una fórmula para silenciar esos mensajes negativos. O tal vez te sirva para que encuentres otra modalidad que puedas aplicar en este momento.


Mi deseo es que estos tres pasos te acerquen a tu sueño de convertirte en una asesora de imagen destacada. Y si querés profundizar un poco más sobre alguno de ellos o armar tu plan de acción a medida, escribime y te cuento sobre mi programa de mentorías personalizadas para “Poner tu magia en acción”. Hacé click aquí ¡para conocer más!

 

 

Con amor, Flor


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